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miércoles, octubre 03, 2007

Tributo a Ambrosio Rabanales

TRIBUTO A AMBROSIO RABANALES.
¿QUÉ ES HABLAR CORRECTAMENTE?
(A propósito de los libros : "Usted no lo Diga ")

Publicado en la Revista de Educación Nº 119 (Agosto de 1984).
Es un artículo del Doctor (En lingüística) Ambrosio
Rabanales, Ex Miembro de la Academia Chilena de la Lengua.


1. El Doctor Ambrosio Rabanales se define como persona dedicada a estudiar el español y -particularmente- el que se habla en Chile.
2. En ese carácter da a conocer las observaciones que le ha sugerido la lectura del primer tomo de la conocida obra del Profesor Mario Banderas "Usted No Lo Diga ".
3. En sus observaciones, el Doctor Rabanales expresa que, como lo sostuvo Don Manuel Seco, el gramático puede ORIENTAR y ENCAUZAR la decisión lingüística de la muchedumbre, pero NUNCA debe FORZARLA.
4. Al imperativo ¡¡"No Lo Diga"!!, se debe responder con una pregunta: ¿No Lo Diga ?.

PRESENTACIÓN.

6. Como persona dedicada durante muchos años a estudiar el español en general y -muy particularmente- el que se habla en Chile, no podía dejar de conocer la obra que, con el título de "Usted no lo Diga", está publicando el Profesor Mario Banderas. Después de una muy paciente lectura del primer tomo, en su segunda edición (1984), me ha parecido de interés -por la influencia que pudiere tener, gracias a la tremenda publicidad de que está siendo objeto- dar a conocer algunas de las principales observaciones que me ha sugerido tal lectura.

7. El tomo al que me refiero consta de 39 artículos, en que se analizan críticamente, aspectos relacionados con nuestra pronunciación, ortografía, morfología y sintaxis y -sobre todo- con el uso que hacemos del vocabulario.

OBSERVACIONES DE CARÁCTER GENERAL. CRITERIOS DE CORRECCIÓN.

8. En todos los casos, el autor dice basarse en la autoridad que la Real Academia Española de la Lengua (En adelante RAE) manifiesta; tanto en su Diccionario de la Lengua Española (supongo que en su edición de 1970), incluidas "enmiendas y ediciones posteriores"; como en su gramática. Aunque, el Profesor Banderas no nos aclara si se trata de la Gramática de la Lengua Española (1931) o del Esbozo para una Nueva Gramática de la Lengua Española (1973).

9. De este modo, es "correcto" -según el Prof. Banderas- todo lo que la RAE acepta en estas obras, e "incorrecto" todo lo que censura o que, simplemente, no se encuentra en los libros señalados.

10. O bien, y más tajantemente, si tales o cuales formas usadas por los chilenos, no se avienen con lo que se indica en aquellas obras; decreta que "NO EXISTEN" y que -en consecuencia- no se deben emplear; aun cuando muchas de ellas -según sus propias palabras- "son empleadas habitualmente, hasta por eminentes profesionales e incluso, en más de una oportunidad, las hemos visto escritas en diarios, revistas y libros ".

11. Entre las formas que "no existen" por su pronunciación, están, por ejemplo: Toperoles, refalarse, pachotada, etc.; Por su ortografía: carnet, etc.; Por su morfología: agreden, doldrá, pone (tú), etc.; Por su sintaxis: televisor a color, la ministro, etc.; Y como unidades léxicas: vestón, cancerólogo, chaleca, etc.

12. Es claro que, con ese criterio y limitándonos sólo al léxico; tampoco existen tecnocracia, tecnocrático, rol, instrumentalizar, hiperkinético, freudiano, etc.

13. Y aún más, en los ambientes universitarios se usan sin ningún pudor lingüístico: Pregrado, postgrado, magister, parvulario y parvularia, etc. A pesar de que, según el Sr. Banderas " no existen ".

14. Y sin necesidad de encumbrarnos tanto, también pueden citarse términos de uso diario, totalmente arraigados en Chile, que están en la misma situación que describe el Sr. Banderas (Que no existen): Alcuza, cacho, lavatorio, ampolleta. Como no existen, según el mencionado autor, deberíamos usar las que sí existen en el diccionario: Angarillas, cubilete, lavabo y bombilla, respectivamente.

ERRORES DE EL CRITERIO DE CORRECCIÓN QUE PROPONE EL SR. MARIO BANDERAS.

15. Obviamente, hay graves errores en los fundamentos mismos del criterio de corrección idiomática de este autor. Alguno de ellos, al menos, de lógica elemental: ¿Cómo puede NO existir algo que se usa cotidianamente?. ¿Cómo puede ser "incorrecta" una forma que No existe?.

16. Si, en cambio, su intención fue decir que las formas que él critica "no existen en el idioma castellano" (como efectivamente lo expresa, a veces) y ello, "porque no están consignadas en el diccionario mayor de la RAE, ni en sus gramáticas y que -por eso mismo- son incorrectas"; deberíamos concluir necesariamente que ninguno de los 300 millones de hispanohablantes nativos que se dice que hay en la actualidad, se expresa correctamente en castellano. Considerando en dicho número -por supuesto- a los señores académicos y a mi mismo que, de atenerme a su manera de pensar, no habrá podido escribir el presente artículo, por cuanto, muchas de las expresiones que aquí se emplean, según el Sr. Banderas , simplemente " no existen ".

17. La verdad es que es absolutamente imposible hablar o escribir en Chile -y en cualquier otra parte del mundo hispánico, incluyendo la propia España-sin emplear términos no registrados (en su totalidad o en su significado) en el diccionario académico español.

18. Tanto es así que, hasta el propio Sr. Banderas es incapaz de hacerlo; pues, en su libro que comentamos, pueden leerse también términos "inexistentes en castellano" o "incorrectos", según su mismo criterio, como: “anteproyecto”, (acento) “diurético”, "entrecomillas" en alternancia con el "correcto" entre comillas; "feria" que, en ninguna de las acepciones que trae aquel diccionario, corresponde exactamente a la que tiene en "Feria Chilena del Libro" (que aparece en su libro); incentivar" (en un texto de la "Fundación Nacional de la Cultura"(!), que aparece en la cubierta posterior) y "video" (en una propaganda de la firma Olivetti). El uso de las tres últimas expresiones compromete, tanto al autor mencionado, como a tres patrocinadores de esta publicación; quienes, para ser consecuentes con su patrocinado, tendrían que prescindir de ellas.

19. La enorme cantidad de diccionarios, glosarios y estudios gramaticales, de carácter regional; tanto del español de la península, como de los distintos países de Hispanoamérica y otras ex colonias en Asia y África, además de las continuas propuestas idiomáticas de las academias asociadas a la de Madrid y las que "motu proprio" considera esta misma entidad; avalan nuestra conclusión y hacen -sin duda- insuficientes los veinte y tantos tomos (más bien opúsculos) programados de la colección, cuyo primer número estamos comentando.

20. Como esto -naturalmente- no puede ser así, simplemente porque no podemos estar todos equivocados. ¿Cuál es, entonces, el error fundamental en que se sustenta nuestro autor?. En mi opinión, no es uno; sino, a lo menos, dos:

21. Identificar la lengua española de hoy, con el diccionario mayor de la corporación (que ya tiene 14 años) y con su gramática (que ya cumplió 53, u 11, si se trata del Esbozo).

22. Es INADECUADO creer y hacer creer que tales guías son la absoluta e infalible receta del "buen decir" y que -por lo tanto- hay que someterse a ellas, como si se tratara del Decálogo de Moisés o del Código de Hamurabi. Porque...

LAS OBRAS ACADÉMICAS NO AGOTAN LA LENGUA ESPAÑOLA.

23. Veamos. El Diccionario Mayor de la RAE no refleja el estado actual de la lengua española, por -a lo menos- dos razones :

1 ) Incluye términos obsoletos o de muy poco uso y...

2 ) No incluye términos de uso habitual. En la misma obra puede leerse que: "la abreviatura ant. (anticuada) indica que la voz o la acepción (que la lleva) pertenece exclusivamente al vocabulario de la Edad Media". O bien "que, aunque usada hasta el siglo XVII, ha sido desechada en el lenguaje moderno". Y que -por otro lado- "la abreviatura desus. (desusada) se pone a las voces y acepciones que se emplearon en la Edad Moderna, pero que hoy no se emplean ya".

24. También aquí se indica que se excluyen los diminutivos, aumentativos y superlativos de formación regular, "salvo el caso en que tengan acepción especial que merezca ser notada". Lo mismo ocurre con los adverbios en "mente" y voces despectivas "de formación fácil y a menudo, ocasional". Y se hace a continuación una afirmación lapidaria, que desmorona la base de sustentación de la preceptiva del señor Banderas: "Su ausencia en el Diccionario no significa, por sí sola, que (tales términos y acepciones) no existan en el uso o sean incorrectos". O sea, en el propio Diccionario de la RAE que el profesor Banderas cita como la fuente de sabiduría inobjetable, se dice que el hecho de que no aparezcan en el diccionario NO SIGNIFICA QUE NO EXISTAN o QUE SU USO SEA INCORRECTO.

25. Como esto es aplicable a cualquier expresión y no sólo a las aludidas, me parece oportuno recordar lo que Bello, en su gramática magistral, nos aclara: "No se crea que recomendando la conservación del castellano, sea mi ánimo tachar de vicioso y espurio todo lo que es peculiar de los americanos. Hay locuciones castizas que en la península, pasan hoy por antiguadas y que subsisten tradicionalmente en Latinoamérica (arcaísmos como pollera, fierro, pararse, ponerse de pie, etc.). ¿Por qué razón hemos de preferir la que caprichosamente haya prevalecido en Castilla?. Si de raíces castellanas hemos formado vocablos nuevos, según los procederes ordinarios de derivación que el castellano reconoce y de que se ha servido y se sirve continuamente para aumentar su caudal, ¿Qué motivos hay para que nos avergoncemos de usarlos?. Chile y Venezuela (sus dos patrias) tienen tanto derecho como Aragón y Andalucía para que se toleren sus accidentales divergencias, cuando las patrocina la costumbre uniforme y auténtica de la gente educada ("instruida") ".

26. Así pues, mientras Bello, con su natural sabiduría, estimula la creación lingüística conforme al "genio de la lengua"; mediante la cual ésta se enriquece, el profesor Banderas inhibe a los hablantes que se atreven a decir "vestón", "chaleca", "cancerólogo", "agreden" y quizás cuantas formas más por el estilo, estigmatizadas en los tomos que no he leído, contribuyendo de este modo -por lo menos en ciertos casos- a su empobrecimiento.

27. La diferencia radica entre concebir la lengua -toda lengua- como una realidad dinámica, en equilibrio inestable, donde tienen cabida la creación y la evolución; o como una realidad estática, anquilosada, (MOMIFICADA) archivada en el diccionario y en las gramáticas de la Academia, según un "purismo supersticioso", para el cual toda innovación o cambio, es tildado de "corrupción" o "incorrección". Felizmente, el destino de las lenguas nunca ha dependido de los puristas, verdaderos puritanos en materia lingüística.

28. "De haber sido purista -declaró una vez, Gabriela- jamás entendiese en Chile ni en doce países criollos la "conversaduría (sic) de un peón de riego, de un vendedor, de un marinero y de cien oficios más ". Y hasta, aseguró, que su Premio Nóbel "es triunfo de la lengua criolla de América ".

29. Es un hecho indiscutible que una lengua que está cambiando permanentemente, por la inmensa cantidad y heterogeneidad, geográfica, histórica, social y cultural, de sus hablantes, no puede encerrársela enteramente en un diccionario o en una gramática, por muy voluminosos que sean y por muy buena voluntad que se tenga. Se ha afirmado - con razón - que, desde el momento mismo en que ven la luz estas obras, ya están anticuadas. De aquí las numerosas enmiendas y correcciones que la propia RAE les hace, de una edición a otra.

30. Tratando de ser consecuente con el principio rector del señor Banderas, me pregunto: Dado lo que ocurre con las obras académicas mencionadas y ante una expresión o una estructura gramatical no registrada en ellas, ¿Tendremos que esperar, cada vez, hasta la nueva edición de las mismas, para emplearlas con la frente en alto y no cabizbajos, como quien comete un pecado o un delito?.

31. De hacerse esto así, la RAE nunca las tomaría en cuenta, por la simple razón de que no se usan (Y no se usan, repetimos, porque no están incluidas: hermoso círculo vicioso); con lo cual llegamos a un esclerosamiento de la lengua, precursor de su muerte.

32. Por fortuna, fuera de los puristas -que por lo demás, predican pero no practican-, la gran mayoría se limita a usar su lengua según se acostumbra en el o los ambientes en que le toca vivir o en los impresos que le toca leer. Por esto, más que las obras académicas nombradas -que muy poca gente conoce directamente- sirven de MODELOS LINGÜÍSTICOS; los textos orales o con que nos bombar-dean todos los días -y parte de la noche- los medios de comunicación para las masas: El diario, las revistas, las radios y muy particularmente, la televisión. De aquí su enorme responsabilidad en los destinos de nuestra lengua; responsabilidad compartida con los establecimientos que FORMAN a los que hablan y escriben en tales medios de comunicación. También las obras literarias -cuya difusión se está haciendo ahora masiva con la loable costumbre de obsequiarlas por parte de alguna empresa periodística, al adquirirse alguna revista o diario- y los textos científicos y filosóficos, siguen siendo modelo, particularmente, para los que tienen el privilegio -o lo tuvieron- de ingresar a la educación secundaria y muy especialmente, a la universitaria.

33. La RAE, como Bello, se basa para sus declaraciones en el USO que de la lengua hace -sobre todo- la gente culta. Como se ve, es esta corporación la que se apoya en el uso, y no éste en aquella.

34. De aquí que las formas recomendadas por las academias asociadas para su inclusión en el diccionario o en la gramática, lo son porque se usan; para que se deje constancia de ello y para que el interesado que no las conozca, las entienda cuando las oiga o las lea. Y no para que las use necesariamente. La RAE pues, (como las demás academias) va a la zaga del uso, registrándolo y no a la vanguardia, determinándolo.

35. Recapitulando entonces, lo que hemos dicho con respecto al primer error fundamental de nuestro autor, NO es posible identificar la lengua con el Diccionario y la Gramática de la Real Corporación, sin manifestar un serio desconocimiento de la tremenda complejidad de nuestra lengua, en perpetua "ebullición", como atinadamente escribió un colega. No estoy diciendo que una cosa no tenga que ver con la otra. Sólo estoy afirmando que no se identifican, que no son "completamente iguales", que la lengua, con mucho, trasciende las obras académicas.

LAS OBRAS ACADÉMICAS NO SON GUÍAS INFALIBLES DEL BIEN DECIR.

36. En cuanto al segundo error, conviene tener presente lo que la misma RAE dice en su "advertencia" en el Esbozo, bosquejo de lo que será la nueva edición de su gramática de la lengua española: "Por su carácter(...) de simple proyecto, el presente ESBOZO carece de toda validez normativa". Lo que opina -a propósito de esta advertencia- el académico Don Manuel Seco, es lo siguiente: "En realidad, la advertencia que lleva este libro -El Esbozo- deberían llevarla siempre, todas las futuras gramáticas de la Academia. Porque esta publicación no debe ser el fuero juzgo (Un famoso código de romanos y visigodos) de la lengua; sino sólo un registro objetivo de las estructuras de la misma, con una primordial finalidad informativa y no prescriptiva ".

37. En cuanto al Diccionario Mayor, en su "Preámbulo" se lee que -además de expresiones del lenguaje culto del mundo hispánico- "se ha dado acogida a palabras, locuciones y frases pertenecientes al lenguaje familiar (como "cabra" por "muchacha", "milico" por "militar", "pilucho" por "desnudo", "guata" por "barriga", etc. del habla chilena); sin excluir muchas de carácter popular que -a veces- lindan con lo francamente "vulgar". Según esto, puede decirse que: O bien, NO todo lo que contiene este diccionario es considerado "correcto" por la Academia de la Lengua y entonces esta obra no es buena guía para "hablar y escribir correctamente"; o bien, ella ha sancionado como correctas -al incorporarlas- "muchas palabras, locuciones y frases de carácter que a veces lindan con lo francamente "vulgar". Entonces, prácticamente todo es "correcto", incluyendo voces de la germania, además de la jerga o manera de hablar de ladrones y rufianes, progenitora del coa chileno, entre otras criminolalias.

38. Lo que ocurre, en mi opinión, es que tanto el diccionario como la gramática de la Real Corporación, están dejando de ser obras estrictamente preceptivas o selectivas, "un panteón sagrado y consagrado al culto del bien decir", según Menéndez Pidal, y se está transformando cada vez más, en obra descriptiva del uso que se hace, incluso popular o vulgar, de la lengua española.

39. En suma, entonces, si las obras académicas en que -según su propia confesión- se basa ciegamente el señor Banderas, no son guías seguras del bien decir; tampoco lo son -lógicamente- los veinte y tantos tomos de su publicitada colección.

EL ESTILO ACADÉMICO Y EL ESTILO DEL SEÑOR BANDERAS.

40. La nueva actitud académica se advierte también, en el estilo cauteloso, mesurado, relativista y nada dogmático, que tiene el Esbozo; en contraste total, casi siempre, con el estilo del Profesor Banderas. Comparemos: La RAE dice "suelen escribirse con mayúscula", "se recomienda escribir con minúscula inicial.."; "con frecuencia para formar el correspondiente nombre feménico de mujer o hembra, la terminación 'a' sustituye a la terminación 'e' del nombre masculino, como en comediante ('a'); presidente ('a'), etc. Es decir, la RAE muestra la manera como procede, generalmente, el hablante y NO como SE DEBE proceder; Describe lo que se hace, para GUIAR al que no lo sabe y NO ORDENA como se debe hacer.

41. Por su parte, el señor Banderas escribe: "se emplea mal la palabra "entrecomilla" ("¿error del autor por: "entrecomillada" o " entrecomillas?"); "la palabra" concreticemos es un barbarismo (¿una barbaridad?) porque el verbo concretizar NO EXISTE"; Dice -además- "está muy mal dicha la expresión "craso error"; "La Real Academia ordena el femenino para los sustantivos ministra y presidenta" Con lo cual el mencionado profesor le atribuye a la Corporación, una actitud dictatorial que, como hemos visto, no tiene.

42. Siempre he pensado que la subordinación incondicional de algunos hispanoamericanos, a todo lo que se dice en las obras de la RAE -basada, sobre todo y como es lógico, en la experiencia lingüística peninsular- manifiesta, fuera de la carencia de un conocimiento en profundidad de lo que es una lengua, un claro sentimiento de inferioridad. Es como si atávicamente, todavía sintieran que tienen una lengua prestada que nos llegó durante la Conquista y la Colonia. Y no una lengua -aunque española- creada en gran parte por nosotros y -por lo mismo- producto, en gran medida, de nuestra idiosincracia. ¡¡Qué distinta es esta actitud, comparada con la que se cuenta de Don Miguel de Unamuno!!. Dicen que, al final de una conferencia, un joven estudiante -después de todo, estudiante aún- se le acercó y le dijo, muy extrañado que unas cuantas palabras que el maestro había empleado, no estaban en el diccionario de la Real Academia. A lo cual, el maestro respondió paternalmente: "no te preocupes hijo, ya las pondrán, ya las pondrán".

43. Qué distinta también es la actitud de Bello, cuando nos declara en el "Prólogo" de su famosa gramática magistral: "No he querido (...) apoyarme en autoridades, porque, para mí, la solo irrecusable en lo tocante a una lengua, es la lengua misma".

EL DICCIONARIO ACADÉMICO CHILENO.

44. A mayor abundamiento, agreguemos que tampoco el diccionario del habla chilena, publicado por nuestra Academia Chilena de la Lengua, tiene carácter preceptivo, según se infiere de lo que se dice en el "Prólogo", escrito por nuestro erudito maestro Rodolfo Oroz: "Hemos acogido numerosas voces que tienen mucha circulación en Chile, tanto en el habla formal como en la lengua familiar, popular e incluso, vulgar que -hasta el momento (1978)- no han sido admitidas por la docta Corporación española y quizás, en muchos casos, no tendrán nunca la oportunidad de ser tomadas en consideración". Repárese en el cauteloso "quizás". Salta a la vista, pues, la concordancia de criterio con el que se desprende de la cita que hicimos más arriba de un segmento del "Preámbulo" del diccionario académico español.

LAS CATEGORÍAS "CORRECTO" - "INCORRECTO", FRENTE A OTRAS CATEGORÍAS.

45. Es que -como observan muy bien Santamaría y Cuartas- "Las fronteras entre lo correcto e incorrecto de una lengua, en una época dada, no pueden señalarse con precisión. Palabras tenidas por bárbaras o culteranas, en nuestro Siglo de Oro; así como frases -entonces conceptuosas- figuran hoy en nuestro idioma como corrientes y correctas".

46. Y, seguro, que muchas de las voces y locuciones tildadas en nuestros días, de "viciosas" e incorrectas; pasarán, tal vez con el tiempo, a formar parte del acervo idiomático (Hay que observar que la actitud cautelosa está expresada con "tal vez"). Recuérdese que Juan de Valdés (s.XVI), autor de un sabroso Diálogo de la Lengua, cuando en una ocasión, les declaró a sus contertulios que tenía la intención de usar ciertos términos tomados del italiano; uno de ellos, de acuerdo con más de uno de sus contemporáneos, le manifestó su disconformidad porque -según dijo- "se me hacen durillos" (Es decir, difíciles de tragar); nada más que por tratarse de formas nuevas, de neologismos. Estas expresiones eran -entre otras- las siguientes: "facilitar", "entretener", "discurso", "manejar", "novela", "cómodo", "incómodo", "comodidad", "pedante" y "asesinar". O sea, términos que en la actualidad, para nosotros son absolutamente cotidianos y adecuados.

47. Por otra parte, nótese que la palabra "viuda" (del latín "vidua"), como la palabra "palabra" (del latín "parábola"), son el resultado de metátesis (transposiciones), tan "vulgares" (como diría el Sr. Banderas) como las que han dado origen a pachotada y pachotero (de "patochada" y "patochero", respectivamente). Términos que son considerados "correctos" por el Sr. Banderas; contradiciéndose en el segundo caso; pues, patochero NO existe en el diccionario de la RAE. Pachotada es calificado por el Diccionario Académico Chileno como "familiar", lo cual, por supuesto, NO quiere decir "incorrecto".

48. Me parece, en definitiva, que el gran rechazo de que son objeto -sobre todo, de parte de los lingüistas- aquellos que se erigen en censores puristas del lenguaje; está en que se empeñan en aplicar a su uso, las categorías de "correcto" e "incorrecto", considerándolas en forma absoluta y no relativa y funcional.

49. Es sabido que una persona se comporta correctamente cuando lo hace obedeciendo a normas pre-establecidas; e incorrectamente, cuando actúa contraviniéndolas. Ahora bien, todo hablante -hasta el más iletrado- se expresa de acuerdo con determinadas normas que -en conjunto- constituyen su mayor o menor grado de competencia lingüística y de competencia comunicativa; pero, sólo lo hace "correctamente" cuando utiliza en una determinada situación, la norma exigida socialmente para ella. Decir, por ejemplo, "Oye, ¿Tení una luca que me prestí?". No es intrínsecamente incorrecto. Sólo lo es cuando ello ocurre fuera de una situación de familiaridad y confianza.

50. Pues bien, para operar con estos postulados, si creemos sinceramente que tenemos la competencia suficiente para guiar a nuestro prójimo en el manejo de su idioma, es conveniente que lo hagamos con la ayuda de otras categorías, como las de "culto" e "inculto", "formal" e "informal", "genuino" y "falso", "necesario" e "innecesario", "exacto" e "inexacto". Señalándole lo que ocurre en cada caso, la oportunidad e inoportunidad de tal o cual uso, su ventaja o desventaja, etc.

CULTO E INCULTO.

51. Así, analizando algunos ejemplos del profesor Banderas, con estas nuevas categorías y otras que daré por mi cuenta, "andé" (a imitación de "canté"), "andara" (como "cantara"), etc. Se consideran formas incultas, frente a "anduve", "anduviera", etc. Que se estiman cultas; No obstante que el famoso escritor y académico de la lengua, Don Camilo José Cela haya usado "andara". Lo mismo, hoy día, "doldrá", "doldría", frente a los cultos "dolerá", "dolería" (de doler), a pesar de que se diga "correctamente", "saldrá", "saldría", etc. Contra la opinión de Juan de Valdés que, con más sentimiento idiomático, "preferiría", "salirá", "saliría", etc. "Porque viene de salir". Así son de convencionales las normas.

FORMAL E INFORMAL.

52. Por otra parte, expresiones como "pone" (la mesa), "sale" (al patio), "hace" (las tareas), que han sobrevivido a 150 años de censura; son informales (o familiares ), comparadas con "pon", "sal" y "haz", respectivamente. Más aún, "plata", "lindo" y "tragar", son informales frente a "dinero", "bello" y "deglutir", que son formales.

GENUINO Y FALSO.

53. En cambio, de voces como "carnet" y "box", puede decirse con propiedad que -usadas como hispánicas- son estructuralmente falsas y ajenas a la índole de nuestra lengua. Frente a las genuinas: "carné" y "boxeo", por cuanto no responden a la estructura fonológica del español, en donde no se da ni "t", ni "x" (ks) al final de una palabra que no sea sigla, onomatopeya o interjección. En el mismo caso están -desde el punto de vista morfológico- (entre muchas otras), "dirigente" y "sirviente"; o "médico", "arquitecto", "sicólogo", "magistrado", "ingeniero" y "carabinero "; cuando con ellas se alude a una mujer; pues, todas admiten "a" final para el femenino (a pesar de que dirigenta, sicóloga y magistrada no aparezcan todavía en el diccionario de la RAE y a pesar también que carabinero, en esta obra, no tenga exactamente la acepción nuestra y de que "carabinera", signifique allí, sólo "alondra moñuda").

54. Usar los nombres en "e" y en "o", como masculino y femenino (el, la estudiante; la sargento) es -como dice acertadamente esta vez el profesor Banderas- (a propósito de presidente y ministro), "violentar la lengua". Lo cual significa, obviamente, abrirse una brecha para marginarse de ella. Igualmente falsos, son los plurales latinos curricula y memoranda (de curriculum y memorándum), frente a los genuínos "currículos" y "memorandos" (de currículo y memorando, respectivamente).

55. Falsos son también, los plurales: "ajíses" y "maníses" (de ají y maní, en cada caso); Aun cuando la RAE legitime el triple plural de maravedí: maravedíes, maravedís y maravedises.

56. Una vez más, no todo es maniquéamente blanco o negro en español. Es que no es lo mismo una lengua histórica como la nuestra; que una lengua de laboratorio, como el Esperanto, por ejemplo. La nuestra es obra de todos nosotros y en ella, todos hemos aportado nuestra cuota de irracionalidad, movidos muchas veces, por valores distintos (éticos o estéticos, etc.) de los puramente intelectuales; o por un razonamiento puramente analógico. Desde un punto de vista sintáctico, son falsificaciones también, tanto la supresión de algunas preposiciones delante de "que" ("queísmo"), como "antes (de) QUE se agote", en caso (de) que salga (frente a antes de agotarse, en caso de salir). Fenómeno que se advierte en el propio señor Banderas cuando escribe "en la medida (en) que depuremos". Como la adición de "de", antes de que ("dequeísmo") en frases del tipo : "yo creo de que...", "El piensa de que", etc. Por tratar de expresar "yo creo que", "él piensa que", etc.

57. El uso genuino es el uso que nos autoriza decir que hablamos español y no una mezcla de español e inglés, español y francés, español y latín, etc. Sólo que lo que es genuino en una lengua, tampoco es muy fácil de establecer: Los sonidos (fonemas) de "z" y "ll", por ejemplo (caza, pollo), aunque propios del español estándar, son pronunciados como distintos de "s" y de "y", respectivamente (casa, poyo), sólo por una minoría dentro del mundo hispánico y -a pesar de esto- seguimos pensando que hablamos español.

NECESARIO E INNECESARIO.

58. En cuanto a las categorías de "necesario" e "innecesario", conceptualmente hablando, éstas son aplicables, sobre todo, a los sinónimos de igual significación; la mayoría de los cuales son, en este sentido, inútiles y -por lo mismo- innecesarios. Ya sea que se hayan originado en español, conforme a su propias reglas, como "explosar" o "explosionar", junto a "explotar"; "Concretizar", junto a "concretar"; "recepcionar" junto a "recibir", y un sinfín de ejemplos más; ya sea que se hayan producido por la incorporación de un término extranjero, como "staff", al lado de "personal" (de empresa); "fútbol", al lado de balompié; "chance", al lado de oportunidad, etc. El empleo de sinónimos, conceptualmente innecesarios, complica también -innecesariamente- el manejo del idioma y recarga inútilmente la memoria; Pero, porque evitan que el estilo se haga pesado con la repetición de una misma voz; o porque poseen una carga afectiva diferente; o bien porque -con el tiempo- algunos terminan por diferenciarse semántica-mente, llegan a hacerse "necesarios", contribuyendo así al enriquecimiento de la lengua. Es lo que ha ocurrido, por ejemplo, con las palabras "afiche-cartel", "sofisticado-complicado", "tour-excursión"; cuyos términos NO siempre se pueden usar indistintamente.

EXACTO E INEXACTO.

59. Por otro lado, es inexacto usar "antiproyecto" con el significado de "anteproyecto"; "antidiluviano" con el de "antediluviano" y "retrospectivo" con el de "retroactivo".

60. El confundir una palabra con otra semejante en la pronunciación, pero de muy diverso significado, conduce, obviamente, a decir una cosa por otra. Distorsionando, de esta manera, la comunicación e impidiendo, por lo mismo, una cabal comprensión. Con lo cual, el hablante no consigue lo que quiere o no lo consigue exactamente.

61. El uso indiscriminado de un término, en diferentes contextos, a la manera de un comodín - como "evento", por ejemplo- repetido hasta la saciedad; atenta contra la matización y precisión de la expresión del pensamiento, como lo ha puesto de manifiesto más de una vez, la profesora Marina Orellana en la sección "Buenas y Malas Palabras" de El Mercurio, donde viene realizando una excelente labor.

LA NORMA CULTA FORMAL.

62. Ahora bien -y esto es lo que todos debemos saber- un uso culto formal (Es decir, el que hace una persona instruida en situaciones formales y que idealmente tendría que incluir sólo los usos genuínos, exactos y necesarios del idioma), tiene prestigio social. (IMAGEN) Y ello, porque la cultura que representa, frente a un uso culto -informal, propio del trato con amigos y familiares; o, simplemente inculto, desacreditado por las personas cultas (junto con sus usuarios, la gente iletrada a la cual se le coloca en una situación muy desmedrada, dado que vivimos en una sociedad altamente competitiva); Pero, uso perfectamente viable, sin embargo, entre tanta gente.

63. El prestigio social e la norma culta formal deriva de ser el medio por el cual es posible expresar los contenidos más refinados de nuestra cultura inmaterial, por lo que es la norma empleada predominantemente en la literatura, en la llamada "Prensa Seria" (oral o escrita), en las obras científicas, tecnológicas, filosóficas, religiosas y pedagógicas (textos de estudio), en los escritos y actos oficiales de las instituciones públicas y privadas, en las reuniones protocolares, en la cátedra, en las conferencias, en el púlpito, en el estrado, etc.

64. Es la norma privilegiada por la comunidad, considerada como ejemplar, como modelo del bien decir; como la forma superior de hablar, hasta el punto de sentírsela como lengua estándar nacional. De hecho, por ser la más elaborada, reflexiva e intelectual, es la que menos difiere (pero, difiere) de país en país, dentro del mundo hispánico, frente a las otras normas (culta-informal e inculta), claramente distintas de una comunidad a otras. Con todo, NO es para usarla en todas circunstancia; pues, la norma culta- informal, más "fresca" y espontánea, la supera en recursos de expresión de la afectividad.

65. En cuanto a la manera de hablar de las personas no instruídas o de bajo nivel de escolaridad; si bien, desde el punto de vista socio - cultural, carece de prestigio; Desde el punto de vista lingüístico es también importante, ya que incide en el destino de la lengua; Pues, sus usos -con frecuencia- terminan con el tiempo, incorporándose a los de la gente culta, adquiriendo un nuevo estatus.

FUNCIÓN DEL HABLANTE.

66. Que el hablante decida, pues, con conocimiento de causa, su conducta lingüística y asuma las consecuencias de su decisión.

67. El español se habla "correctamente" de muy diversas maneras. Tantas como exija cada situación (contextos y propósitos). Es, como todo idioma, plurinormativo; pues, fuera de un común denominador, que garantiza un mínimo de intercomprensión entre los interlocutores de un mismo país (norma general), no se habla exactamente igual en todos los lugares (Dialectología); tampoco lo hacen los adultos, jóvenes y niños, conversando entre sí, o los unos con los otros (Estilística); Tampoco lo hacen así, una persona instruída con una analfabeta (Sociolingüística); Lo mismo ocurre entre personas de zonas rurales con zonasurbanas y/o marginales (Sociolingüística). Tampoco, las personas que se encuentran en una situación formal o informal (Estilística); o, la persona que tiene una determinada actividad intelectual o manual no se expresan de la misma manera en relación a lo que hacen (Idiolectos jergas). Tampoco las mujeres y los hombres, cuando hablan separados, de los suyos (Idiolectos). Tampoco, lo hace de la misma manera un “abuelito” que dice “viógrafo” (ver), conversando con su nieto (Lingüística histórica).

68. De aquí, que cada norma sea sintomática de nuestra particular condición humana. Tanto, que es posible afirmar, parafraseando un conocido aforismo: "Dime como hablas y te diré quien eres".

69. Claro es que, para que la gente no instruida o de escasa instrucción logre hablar como persona culta, debe dejar de ser inculta. Para lo cual, no basta que se aprenda de memoria las observaciones que en forma inorgánica y no siempre acertada, está haciendo el señor Banderas. Ni siquiera las que yo estoy aportando aquí.

70. Se necesita mucho más para que se termine con la incultura como totalidad, con la ignorancia, con el subdesarrollo mental; del cual, la norma lingüística inculta no es más que UNA de sus manifestaciones: Que toda nuestra población, sobre todo la infantil, tenga acceso a una escolaridad permanente y sistemática; donde aprenda, no sólo lo que en la lengua se ha creado hasta hoy, sino también los propios mecanismos de la creación lingüística. Que el libro esté a su alcance a un precio accesible o en buenas bibliotecas. Que se evite que en las aduanas se tenga, prácticamente que comprar las publicaciones que se reciben de regalo o como intercambio, desde el exterior.

FUNCIÓN DEL GRAMÁTICO.

71. Si bien es cierto que -como sostiene Manuel Seco, pensando sin duda, en la forma oral del lenguaje- "Los gramáticos no hacen las lenguas, ni las reforman, ni son capaces de detener su evolución, (pues) una lengua es patrimonio de una comunidad y quien la hace y altera y la deshace es la masa, la mayoría. Contra cuyo ímpetu, nada puede la voz aislada de un sabio (y menos de quien no lo es)".

72. No es menos cierto que con la ayuda del gramático se puede "orientar" y encauzar (nunca forzar) la decisión lingüística de la muchedumbre, hacia el modo de expresión más conveniente a sus propósitos.

OBSERVACIONES ESPECÍFICAS.

73. Hasta aquí mis consideraciones sobre la validez de los criterios que ha tenido en cuenta el profesor Banderas, para juzgar nuestra manera de hablar. Ahora, quisiera entrar en algunos detalles relacionados con lo que afirma en algunos de sus artículos del Tomo 1º, para lo cual lo citaré entre comillas, sin las páginas, por razones de espacio. Seguiré el siguiente orden: Fenómenos de pronunciación, ortográficos, morfológicos, sintácticos y léxicos.

FENÓMENOS DE PRONUNCIACIÓN.

74. Afirma que la persona que dice "calientito", en vez de calentito, comete un "error"(...), fácil de comprende: se piensa que calientito deriva de "caliente" y que, en consecuencia, debiera conservar el diptongo "ie". Pues bien, el problema no está en la derivación, que es correcta, sino en la conservación del diptongo en el derivado. Hay palabras como ésta en que, la sílaba acentuada, la tiene el diptongo "ie" y en sílaba inacentuada la tiene la "e": Nieve nevar, nevazón; tierra, terroso. Sin embargo, como las lenguas no son entidades matemáticas ni lógicas, la RAE acepta -por ejemplo- frente a 'piedra', pedrada y piedrezuela. ¿Por qué, entonces, frente al caliente, calentito y calientito es intransigente?.

75. Tan común es en Chile -en todos los niveles- "toperol", por estoperol (censurado por el profesor Banderas ) que, en el Diccionario Académico Chileno se registra sin el calificativo de "vulgar". En una encuesta léxica sobre norma culta que aplicamos hace algunos años a trece profesionales santiaguinos -entre ellos, algunos profesores de castellano- cuando se les preguntó el nombre del "protector de hierro para los zapatos de fútbol", 9 respondieron "toperoles" y sólo UNO, respondió "estoperol" (Como recomienda Bandeas).

FENÓMENOS ORTOGRÁFICOS.

76. Particularmente desafortunado es el artículo que el autor titula "Ortografía Acentual".

77. Al referirse al acento prosódico, afirma que este acento no se marca en la escritura, sólo "se pronuncia". Cuando lo cierto es que sí se marca en determinados casos y ello justifica la rayita llamada "acento ortográfico".

78. Más adelante anota: "También tenemos en castellano el acento dierético, que sirve para separar la estructura de algunas palabras. Ejemplos: Raúl, tranvía, búho".

79. Al respecto, cabe observar que:

1) Ni (las expresiones) "acento dierético", ni dierético solo, están aceptados por la RAE. Luego, según su propia doctrina, son "incorrectos" (por lo tanto este autor no debería usar esas palabras).

2) Falta coma antes de "que".

3) El acento en los ejemplos que da el autor, no sirve para separar ninguna estructura; sólo sirve para que el lector que no conoce nuestra norma culta formal, sepa que las secuencias de vocales en estos casos, forman hiatos y no diptongos; y que, por lo mismo, no deberían pronunciar Rául, tránvia y buhó, según los hábitos acentuales del español.

80. Después de clasificar las palabras por el acento, en agudas, graves, esdrújulas y sobresdrújulas, nos dice que ello ocurre "según se cargue la voz en la última, penúltima o antepenúltima sílaba, respectivamente"

81. Omite pues, lo que pasa con las sobresdrújulas. Luego agrega que tales palabras "en determinadas circunstancias, pintan acento ortográfico".

82. Siendo que:

1) Las palabras no pintan nada (no son pintoras) y.

2) Las llamadas esdrújulas y sobresdrújulas se acentúan siempre gráficamente, como el mismo autor, contradiciéndose, lo señala más adelante.

4 comentarios:

Camilo Villavicencio dijo...

Hola!
He leído este artículo para un curso de la U y me pareció súper interesante... por tarea, tuve que hacer un texto pequeñín a partir de éste y, por gusto lo publiqué en mi sitio web.
Que lata que tengan botado el blog, hay buenos contenidos.
Saludos :D
PS: http://www.cvillavicencio.com/2012/11/sobre-el-articulo-que-es-hablar-correctamente-de-ambrosio-rabanales/

Anónimo dijo...

Excelente artículo!! Muchísimas gracias!

Anónimo dijo...

Excelente artículo!!

Felipe dijo...

¿Tienes el original para compartirlo?